El barranquillero Walmer Pacheco cumplió el año pasado su sueño de llegar a Junior procedente del humilde conjunto de La Equidad, y así como tan pronto lo hizo realidad, se comenzó dar cuenta de la manera más difícil de lo que es el compromiso de ponerse la camiseta rojiblanca.

En Bogotá era un futbolista más. En La Equidad no se exige gran cosa, y es el tercer equipo de una ciudad donde podría pasar, más bien desapercibido sino tiene puesta la camiseta de Millonarios o Santa Fe.

Al llegar a Junior fue otra historia. Sintió la exigencia de estar en un equipo grande que sí o sí, tiene que pelar títulos todos los años. Y en donde debe estar al 100% de sus capacidad físicas y mentales para rendir.

“Entendí que uno tiene que descansar. Pensé que Barranquilla era como Bogotá, que me recuperaba mucho más rápido. Allá no sufría tanto. Aquí la humedad es brava, llegué a pensar 60 kilos y mi peso ideal es 65. Esas cosas me pesaron mucho”, reconoció este miércoles Walmer.

Los primeros días en Barranquilla, comiendo a deshoras y lo que fuera, durmiendo poco, le pasaron cuenta de cobro. No estaba claro ni el motor le daba para correr los 90 minutos. No era el atleta que podía cumplir con la labor de ser el lateral derecho de Junior.

“Hubo un cambio demasiado brusco, lo que era Equidad a lo que es Junior. Me desubiqué un poco cuando llegué, pero logré encontrar a esa persona que me está haciendo crecer, me está ayudando a confiar en mí, a entrenarme mejor”, indicó Pacheco, que ahora es padre.

El cambio ha sido notorio y un Walmer más descansado, repuesto en su peso, con despliegue físico, se ha quedado con la titular del equipo y ha encantado a Juan Cruz Real, que le ha dado la libertad de soltarse al ataque.

“El profe nos da la libertad de salir, llegar a campo contrario. Nos hemos adaptado rápidamente a lo que él quiere. Afortunadamente se están dando los resultados”, afirmó.

Finalmente dijo que el factor que más ha mejorado ha sido la mente. El entrenamiento mental para ajustar sus hábitos de vida son lo que le ha marcado la diferencia.

“Me hice fuerte mentalmente, me costó bastante llegar a mi nivel, pero hoy disfruto de una regularidad. Ya me di cuenta que hasta en los entrenamientos es a toda. Estoy bien físicamente, ya no me tiemblan las paticas”, cerró.